Ya viene el viernes negro, y veo un las noticias, e internet, miles de anuncios y calentura desbocada por
las ofertas de tan esperado día. Yo nunca he participado en
un viernes negro, en un principio me emocionaba, era obvio soy fémina y
los descuentos no pueden pasar desapercibidos.
Pero con el tiempo me di cuenta de que solo son objetos, claro a quien no le
gusta tener cosas bonitas, claramente a todos. Pero algo que es cierto es que
nosotros los humanos hemos perdido la capacidad de disfrutar las cosas más sencillas de la vida.
Cuando era joven
todos nos sentábamos a la mesa
a desayunar, comer o cenar, me
entristece porque hasta en mi hogar ya no practicamos eso.
Siempre nos sentamos
frente al televisor. Es triste pero es una maldita costumbre que nos
acaba. Mis amigos tienen los mejores iPhone
oh celulares con android que algún día yo tendré. No me da rabia me da tristeza, ya no son las
mismas platicas, oh tal vez alguien como yo que
exige atención máxima al momento de contar alguna historia entro en una
paranoia extrema.
Pero supongo que si
tuviera un cel. con tantas aplicaciones haría lo mismo. Por qué poco a poco toda esta
mercadotecnia nos crea una profunda grita en las relaciones.
Pero aún me gusta
disfrutar manos con llenas ásperas con mi cuerpo y ligeramente sentir como se
eriza mi piel, me gusta la idea de
sentir el aire frio cuando corro, y esa
euforia que me inunda, pequeñas dosis de adrenalina en mi cuerpo cuando
robo un beso.
Nudos en la garganta
y ojos petrificados tan luminosos que
apostaría que una lagrima rodaría.
Sé que son pequeñas cosas, cosas que pasan a diario pero son
hermosas, tocar las flores, sentir el césped
con las palmas de mis manos.
Pero de repente vuelven los flash back, sangre, golpes, desesperación y palabrerías del viernes negro, es cuando te das cuenta cómo es que la mercadotecnia nos tiene tan malditamente embobados, cuanto
dependemos de los objetos, D: para fingir
“agilidad en nuestra vida”
Pero bueno a pesar de
todo tienen su lado bueno, como me haría
escuchar, si no fuera por mi laptop y el
internet, como sabríamos lo estúpido que
es mi gobierno sin Facebook, como sabríamos lo que pasa al otro lado del globo.
Jamás imaginaríamos que en algún lado
personas hacen buenas obras.
Todo es bueno y malo, solo hay que ser consciente de usar
apropiadamente los objetos que construimos.
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